1
A solas al huerto yo voy,
cuando duerme aun la floresta;
y en quietud y paz con Jesús estoy,
oyendo absorto allí su voz.
CORO
Él conmigo está,
puedo oír su voz,
y que suyo dice seré;
y el encanto que hallo en él allí,
con nadie podré tener.
2
Tan dulce es la voz del Seńor,
que las aves guardan silencio;
y tan sólo se oye esa voz de amor,
que inmensa paz al alma da.
3
Con él encantado yo estoy,
aunque entorno lleguen las sombras;
más me ordena ir, y a escuchar yo voy,
su voz doquier la pena esté.